Todo pasa por algo.
Y bueno, qué se le va a hacer... si este es el destino, a hacerle frente nomás ya... qué tanto rogar, ni pedir disculpas... si las paredes tiemblan y las cosas vuelan por encima de las cabezas... las lágrimas no lavan las culpas y las sonrisas no borran los gritos.
Retumban las palabras y se esconde la nena miedosa detrás de la puerta... para que no le alcancen los mismos insultos y los mismos golpes de antes. Prefiere esconderse a seguir siendo protagonista del mismo miedo.
No puede ser que la misma violencia venga a presentarse, hoy... casi treinta años después a recordar que alguna vez... ya vio estas mismas escenas.
Quizás el acento... y el idioma sea distinto... pero la razón es la misma... la desconfianza.
Duele sentir el mismo terror y pedir disculpas por existir... duele derramar las mismas lágrimas... nada borra este momento.
Por algo será... solo que ese algo... no tiene porqué repetirse.
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