lunes, 25 de junio de 2012

Hasta el final

La velocidad con la cual se borraron las palabras, me sorprendió. Estuviste ahí tan poco tiempo, fue tan efímero fue todo... que cuando abrí los ojos y las manos para recibirte, ya te habías ido.

Fue complicado entender. Es cierto. Fuiste un halo de luz, que llegó, me marcó y desapareció. Te encontré de repente y tan violentamente frente a mí que cuando quise comprender lo que me pasaba, me confundí, huí y me escondí.

Tu voz me embriagaba, tus manos me mareaban y tus ojos, hacían que no supiera ni donde estaba parada. Fue tan repentino que cuando quise "opinar" al respecto ya te habías ido.

Fue una ilusión que no pude hacer realidad, una culpa que no quise cargar, una canción que no quise aprender. Pude tantas cosas, me arrepentí de otras. Pude vivir el peligro, pero quise olvidar los errores. Fue todo tan rápido y tan confuso que cuando yo quise aprender a vivir, ya no estaba frente a mí aquello que yo quería comprender.

La velocidad con la que se presentó frente a mi tu sombra, marcando pautas, pidiendo explicaciones, confundiendo mi mente, hizo que yo no tuviera más ganas de pensar. Quería marcharme, huir, entender que este no era mi mundo, ni la realidad que yo merecía. Fue tan complicado todo, que cuando quise desenredar la realidad, ya me había perdido y no sabía cual era el camino para volver.

Todo esto fue tan raro. En tus ojos yo me perdí. En tus palabras yo bailé y con tus manos yo quise volar. Nada de eso hice. Nada comprendí y nada me perteneció.

La velocidad con la que llegaste, hizo que tu partida, sin querer y sin permiso haya sido de la misma manera.

Fue lo mejor, verdad?