miércoles, 27 de marzo de 2013

Razón de vivir


Estos días sirvieron para reflexionar (una vez más) sobre lo que sucede. Esto que “no tiene nombre”.

No puedo seguir con todo esto sobre mis espaldas. Es difícil, doloroso, triste e inexplicable.

Por favor, discúlpame por ser tan inestable, por hacer tantos berrinches, por haber empezado todo esto como un juego y hoy, cobardemente, quiero marcharme. No quiero que nadie sufra. No quiero hacerte daño, pero por sobre todo, yo no quiero sufrir.

No voy a ponerme a analizar lo que estuvo bien o mal, ahora ya es tarde. Simplemente, me gustaría que sepas, que si yo hubiera tenido la oportunidad de estar contigo, nunca hubiera puesto mis ojos en otra persona, porque en vos yo encuentro mucho más de lo que necesito para ser feliz… no buscaría nada en otra persona, porque todo lo que espero de un hombre, lo tenés vos. Por favor, discúlpame si toco heridas que puedan llegar a dolerte. Si yo estuviera contigo, pondría mi voluntad para que lo compartiéramos todo… y cuando se presentaran las dificultades, pondría toda mi fortaleza y mis debilidades para que las enfrentemos juntos. Cada día (aunque suene romántico y tonto) renovaría mi amor por vos.

Le pedí a Dios que me trajera un hombre a quien más que amar, pudiera admirar y respetar… y Dios te puso en mi camino… yo no quiero estar contigo, tan solo una hora y media (en el mejor de los casos), yo quiero amanecer con vos todos los días de mi vida, hasta que seamos viejitos; quiero construir proyectos de vida con vos; quiero tener hijos; quiero tener problemas y solucionarlos contigo… yo no quiero solo tener sexo con vos, yo quiero abrazarte y simplemente sentirme protegida en tus brazos. Yo quiero llegar a algún lugar y saber que ese espacio es “mi hogar contigo”. Sé que es ilógico… que vos ya tenés todo eso.

De verdad no puedo más. Vi las fotos de tus vacaciones y confirmé lo que no quise aceptar hasta ahora, que yo no tengo ni la más mínima probabilidad de estar en tu vida… yo no tengo maneras de que me des un espacio ni que me consideres para compartir sueños. Sé que llegué tarde y no te imaginás como me duele todo esto… ojalá fuera tan fácil borrar lo que me pasa y decir que de verdad no me importa… que fue un juego y que puedo seguir como si nada.

Vos tenés una vida hecha, organizada… en la que te sentís seguro… supongo. Yo no tengo más que mis caprichos, mi inmadurez y hasta mis locuras. Puedo quererte mucho y querer estar contigo, pero no puedo esperar ni siquiera que me dediques una noche, un fin de semana, para salir y conversar.

Por favor, discúlpame por esta semana en la que pasó de todo. Voy a extrañarte demasiado… seguro que voy a querer verte, escucharte, leerte… pero de qué me sirve, si nada de eso pasa… si yo no muevo cielo y tierra? Si fuera por vos, podríamos olvidarnos… y qué importa?

Llegamos hasta acá solo porque yo hice más de lo que debía. Estoy cansada. La frialdad con la que me tratás, no me contestás los mensajes, me hace sentir pena por mí misma. Esta sensación es horrible… dejemos las cosas así, tal como están. Sin rencores, sin enojos…

Esto que no tiene nombre… seguro que me va a doler un tiempo. No sé si te vas a acordar de mí… ni si me vas a extrañar… la vida es nomas luego esto… un día estamos llenos de amor y otro estamos derramando lágrimas por alguien…

Después de esto, en serio, no hay nada más de qué hablar. No hacen falta explicaciones, ni disculpas. Simplemente, finalicemos algo que nos puede lastimar.

Seamos justos con nosotros mismos. Esto que no tiene nombre, es imposible de sostener… seguro que con el tiempo esto pasará. Mientras tanto, solo queda esperar.

domingo, 17 de marzo de 2013

Esto sin nombre


No solo escribo cuando estoy enojada. También escribo cuando los sentimientos no tienen nombre.

Escribo cuando en las tardes frías, como esta, la música me hace acordar a vos. Hay demasiadas cosas a mi alrededor… y aunque suene infantil, el amor se pone frente a mis ojos y yo no sé qué hacer.

Intento salir. Tengo miedo. Intento volver atrás y tomar fuerzas, las mismas fuerzas que tengo para levantarme cuando me caigo… pero, sabés qué pasa? El amor es mucho más de lo que puedo soportar.

Tengo miedo. Es cierto. No sé sufrir. Esa es la verdad. Puedo hacer berrinches, puedo levantar la voz, para “inspirar respeto”… pero en el fondo, es solo una manera de cubrirme de los golpes.

No sé si merezco o no lo que pasa. Vos qué opinás?

Intento tantas cosas. Malabarismos para que me mires. Para que sepas que existo y que… aunque suene duro… si alguna vez te lastimaron… te des cuenta de que yo no tengo la culpa… y sin embargo, a veces corro el riesgo de sufrir las consecuencias.

Sé también que “la situación es compleja”. Eso no me asusta, lo que me asusta… es considerar cómo puede afectarme esa complejidad… y pensar si realmente vale la pena vivir así.

Quizás, estos sentimientos sin nombre, sean absurdos e inmaduros, qué se yo! Lo único que sé, es que por más que trato de hacer callar a mi corazón no puedo. Quizás, estos sentimientos sin nombre y sin cara, pronto se irán… es eso lo que de verdad querés? Porque yo no sé qué quiero!

Son muchas las cosas que quiero decirte, pero no puedo… cuando te miro siento que tus ojos pueden ver a través de mí y descubren todo lo que pienso. A lo mejor te vas a reir. Es lo más probable… solo que a veces también es bueno escribir sin tener rabia, no te parece?

De lo único que estoy segura es que, considerando que esta situación es muy compleja… podríamos usar la estrategia menos dolorosa: hablar con la verdad. La verdad puede dolerme un mes… a lo mejor dos…

Así como son muchas las cosas que me gustan… también hay otras que dejé pasar con tal de estar contigo. Pero acá viene la pregunta… qué implica estar contigo? Y en todo caso, vos querés estar conmigo?

Si la situación compleja se soluciona… espero con todo mi corazón que sea lo mejor para vos. Que sea aquello que verdaderamente te haga feliz… porque te merecés serlo.

Yo, no soy más que un instante en tu vida… llegué y creo que ya es el momento de partir. Estoy segura de que vos no querés hacerme daño. Solo que esta semana en la que “estuvimos bien” es simplemente un espejismo. Llega semana santa… y la tristeza puede, atendé bien, PUEDE aparecer… y yo ya no quiero eso. Me voy antes de que me duelan “los golpes”.

Quiero estar tranquila y que vos también lo estés… Hasta ahora, solo pensé en mí. En lo que yo quería, en como quería, cuando quería, en las cosas que yo sentía… y, como muchas veces me dijiste… nunca te pregunté lo que vos sentís, pensás, querés. Esta es la oportunidad de ser libre… ojalá me hagas saber qué es lo que sentís, pensás y querés…

En mi vida, sos una parte muy importante. Gracias por ser una excelente persona, por haberme tratado siempre con respeto… gracias por haberme enseñado cosas muy valiosas.

Te amo mucho. Simplemente eso.