Tuve miedo y ahí estuviste. Tuve miedo de abrir mi mente hacia nuevos horizontes y me diste las ideas precisas. Tuve temor de ser yo misma y me diste la fuerza para defender mi naturaleza y probar lo que soy.
El día después de... me dio mucho miedo. Pensé que no iba a poder con eso... y sin embargo... pude! pude! y al final... todo fue para mucho mejor... pasé la prueba, superé el instante del que tanto me escondí.
El fantasma del "día" no logró que yo dejara de creer en mi capacidad para salir adelante, a pesar de lo oscuro que se mostraba el camino... no logró que yo retrocediera a pesar de estar acechándome...
Tuve miedo de demostrar lo que tengo en mi corazón... y las ganas que le pongo a todo lo que hago... y vos... vos me diste la fuerza suficiente para luchar por mis ideales... gracias porque me diste una mano para soportar el instante que duró una eternidad...
Me acompañaste cuando no me sentí valiente... y me pusiste muchas pruebas... aquellas que, evidentemente, vos sabés que puedo superar... el "día después de..." en realidad pasó... y yo, no me di cuenta!
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