Nos conocimos más… nos encantamos más
y nos desencantamos más todavía. Ha sido un proceso complicado… más de lo que
me hubiera imaginado. Pero sí.
Lo único, después de todo este tiempo
es que siento “cosas” por vos. Cosas que me confunden y que me desequilibran.
Dentro de mi mundo estructurado y con tantas reglas, la incertidumbre de un
sentimiento que desestabiliza, me da miedo.
Pensé demasiado. Le di mil vueltas a
todo lo que pasamos y la conclusión a la que llego es esta: fue una pérdida de
tiempo, de energía, de sentimientos, de voluntades… dejamos que nos contaminen
momentos y situaciones que no podíamos controlar y que más allá no iban a
llegar.
Pienso en vos. Te sueño, te escucho.
Te imagino, así como imagino vivir cosas contigo. Es como si estuviera viviendo
un universo paralelo, donde ni vos ni yo tenemos una historia. Eso suena
imposible, verdad?
En los últimos meses, literalmente,
me perdí. Yo no sé cuáles han sido las razones. Simplemente pasaron cosas de
las que no estoy orgullosa y que no quisiera volver a repetir. Dije cosas que
no sentía y que no pensaba, porque en ese instante, me sentí atacada, humillada
y engañada. Quizás me equivoqué… quizás realmente me mentiste… qué se yo!
Hoy ya no voy a decir que me borro…
porque lo hice un millón de veces y siempre volví. Hoy voy a decir cuál es la
explicación a lo que pasa.
Quise un amor de verdad… y te conocí.
Quise alguien a quien respetar y
admirar… y cuando pensé que no había un hombre que pudiera lograr eso en mí,
fui descubriéndote.
Quise soñar un proyecto de vida… y lo
hice… aunque vos nunca formaste parte de este proyecto.
Quise sentirme protegida y contenida…
y algunas veces cuando tuve problemas, me escuchaste… las otras,
lastimosamente, te borraste.
Quise que me dijeras las cosas como
son… y no solamente aquello que me doliera menos y sin embargo, solo escuché,
estirando palabras de tu boca, el mismo cuento de siempre.
Mientras te ibas de vacaciones, yo me
quedaba acá contando los días para que regresaras, porque te extrañaba.
Mientras te fuiste sin despedirte de
mí, tantas veces, yo inventaba explicaciones para justificar que no me hayas
tenido en cuenta.
Mientras me bloqueaste y me
eliminaste de capítulos de tu vida, yo me culpaba “por mi mal carácter y mi mal
comportamiento”, eximiéndote de culpas, diciendo que yo me lo merecía.
Mientras te borrabas los fines de
semana, yo ocupaba todo mi tiempo haciendo cosas para no pensar.
Y las cosas pasaron. Y las mismas
cosas dolieron. Esas mismas cosas dejan huellas y marcas que no son fáciles de
borrar. Quizás hoy mis sentimientos estén pisoteados… qué importa… sin embargo,
comprendo y con la misma voluntad que tantas veces puse para llevar adelante mis
proyectos, hoy, desde el Caribe, puedo decir con seguridad… que no pienso
volver a repetir la misma situación.
Dije cosas que no pienso. Usé
palabras que no debí. Invertí mi amor en alguien que no es capaz de tomar una
decisión para ser feliz… invertí mucho y siempre recibí muy poco.
No hay comentarios:
Publicar un comentario