Se me congelan las manos y los pies.
El camino se puso oscuro. La noche llegó. El tiempo pasó.
Todavía duelen un poco las heridas. Y cuando pienso, todo vuelve a despertar.
Cómo entiendo todo esto?
Un golpe, me lastimó. Todo se terminó.
Cayeron al piso, cada una de las cartas... y con ellas, las lágrimas que aún guardaba, para cuando llegara el momento de desaparecer.
Caminé diez pasos y sentí el frío en mis pies, que luego acalambró hasta a mi nombre.
La sangre manchó las sábanas y aún cuando no esperé que esto sucediera, el tráfico final, llegó.
Los riesgos me asustaron, la culpa se apoderó de mí.
Casi se me escapó el corazón... y lloré tanto, por temor a morir sin perdonar.
Sentí, por última vez, el puñal en mi pecho. Sentí que todo estuvo a punto de desaparecer...
Y, tal cual...
Desapareció.
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