sábado, 13 de junio de 2009

A Dios

A Dios va esta carta.

Una flor roja viene a alegrar mi vida. Una flor que como yo baila contra lo impuesto, contra lo "moralmente correcto"... lucha por lo que siente, se golpea y se levanta.

Dios, dame fuerzas para equivocarme.

Un perfume me envuelve esta tarde... un perfume que como yo, deja huella a su paso... por donde estuve, siempre queda un aroma dulce, fuerte, potente, seguro.

Dios, dame fuerzas para pedir perdón.

Puede que no haya escrito aún un libro. Alguna vez lo voy a hacer. Alguna vez habrá que contarle al mundo la realidad que viví, la que vivo, la que viviré. No importa lo que se vea... lo que importa, es lo que yo soy para mí misma.

Dios, dame fuerzas para perdonar.

En vez de sentir rencor, como el que en otras oportunidades sentiría... hoy voy a bendecir este hecho, que me duele... me duele y mucho, porque no soy de hierro... pero como también sé que todo lo que uno haga, se le regresa... hoy... te doy las gracias por estas lágrimas y esta tristeza.

Dios, dame coraje para levantarme... y dignidad para llorar de pie.

En vez de rencor... la flor... la flor roja, yo te la regalo. Aceptá... que es el símbolo de mi perdón, de mi acto de magia, mi acto de amor, mi acto de piedad.

Dios, dame energía para seguir.

Hoy, en el cantar de mi alma... y escuchando la misma vieja canción "un pacto para vivir"... donde empezó todo... terminó todo.

Dios, dame todo lo que no tengo. Vos sabés qué cosas me hacen falta.

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